Un macho intenta aparearse con una hembra que lo rehúye y otra perdiz espera atenta a lo que sucede. No les importa estar en un camino y que les grabe el conductor de un vehículo.
El mulero traslada los gamos y ciervos con la ayuda de una de sus mulas y cargando uno de ellos sobre los hombros. Hablamos con Arriería Juan el Luiso, una dinastía con 150 años de historia.